¿Y Jennifer, ya no va a estudiar? ¡No!, ¿no lo sabías?
Ha becado la pensión vitalicia del doctor, ¡y ahora trabaja en el Adelitas! ¿Y Miguel, dejó la universidad? ¡Sí! Ha becado al
protegido del maestro y ahora trabaja de mesero en un importante restaurante.
¡Híjole, qué suertudo!
¿Y María, ya no viene a la facultad, no estaba a punto
de graduarse? ¡Se fue! Becó la carrera política de la maestra. Ahora trabaja al
otro lado, sale de casa a las 12 para fichar en la fábrica a las 6. ¿Y Pablo, dónde está? ¡¿No sabes?! Consiguió ir a vivir
a las Granjas Familiares porque becó con un intercambio académico al licenciado
y al gobernador.
¿Y Erika, dejó los estudios? ¡Sí!, ¿no lo sabías? Ha
becado la pensión contributiva de la doctora, ¡y ahora trabaja limpiando casas
y fregando escaleras!
Cuando era pequeño en esto de los negocios tuve un
accidente fiscal. Pero gracias a Telecorruptón logré evitar la cárcel y ahora
soy reincidente. Con tu ayuda podemos conseguirlo. Sólo quiero ser el mejor en
evadir impuestos.
Con tu donativo en Cáritas aliviamos nuestra mala
conciencia. Y ahora estás de suerte, un porcentaje irá a la formación de
jóvenes seminaristas, para que continúen predicando la fe en la violencia
cristiana contra las mujeres, ¡esas hijas del demonio!
Haz tu donativo a la Fundación Wal-Mart, ayúdanos a
seguir en la lista Forbes de los gringos más ricos del mundo. Y ahora, con tu
primer dólar, te obsequiamos con un lindo banquero en crisis para que lo
apadrines durante un año. Un broker de Wall Street te ayudará a invertir tus
escasos ahorros en la próxima burbuja especulativa. ¡Dona ya!
En la última cumbre de presidentes del G-17 celebrada
en Washington se ha consensuado la siguiente Carta de Derechos del Ciudadano
Global con un único artículo y una disposición final:
Artículo Único. Toda persona tiene el derecho a ser un
ciudadano responsable, becando libre y voluntariamente a los millonarios de su
país o del extranjero, apadrinando con sus impuestos a los banqueros causantes
de las crisis financieras, donando con su voto y su trabajo las carreras
políticas y campañas electorales de los elegidos por el mercado para este noble
fin. Todas las naciones deben incorporar este derecho en su ordenamiento
jurídico, asegurando que a cada pobre millonario le corresponden al menos
tantos ciudadanos libres y responsables como paraísos fiscales existen en el
ancho mundo. Y que nadie no-millonario nazca sin tener asignado en su registro
prenatal a un empresario que becar, un banquero que apadrinar y un político al
que donar.
Disposición Final. Quien este derecho contraviniere o
se negare a cumplir será declarado sin capacidad suficiente para ser ciudadano
responsable. Su contribución potencial será un incremento alícuota entre el
resto de la ciudadanía. Este incremento alícuota o mal llamado “impuesto de la
rebeldía” es de aplicación indefinida, incluso si el sujeto irresponsable se
retractase de su decisión.
Los “sujetos irresponsables” viven en un mundo al revés
debido a una disfunción neuronal. Estos individuos hablan mal de la época
prehistórica, cuando los pobres eran injustamente beneficiarios de becas y
ayudas. Aseguran que el estudiante becado era quien debía exigir condiciones al
donante, ya que, según ellos, el donante había adquirido ilegítimamente su
fortuna, por lo que la beca era en realidad una restitución, una devolución a
sus legítimos dueños.
Los “sujetos irresponsables” también aseguran que los
inquilinos o arrendatarios eran quienes realmente debían cobrar la renta y no
el supuesto dueño o arrendador, cuyo único mérito era haber conseguido liquidez
suficiente como para comprar una casa, que luego pagarían mes a mes
religiosamente los futuros inquilinos. En realidad, decían, el inquilino realizaba
un trabajo de mantenimiento y habitabilidad del inmueble no remunerado por el
falso dueño.
Los “sujetos irresponsables” defendían incluso que las
empleadas de hogar eran “cotizantes en cadena”, pese a que las estadísticas
oficiales las consideraban como mucho sujetas irresponsables con derecho a
pensión no contributiva. El caso es que, argumentaban, aunque trabajaban sin
contrato, sin sueldo digno y sin derechos laborales ningunos, con su
explotación forzada permitían que los amos de la casa –católicos en su mayoría-
pudieran trabajar y, por tanto, cotizar a la Seguridad Social, es por ello, que
en justicia ellas eran también cotizantes, en cadena o por vía forzosa
interpuesta. De hecho, eran doblemente contribuyentes, por sí mismas y por los
amos. ¡Qué osadía, virgencita que me quede como estoy!
Los “sujetos irresponsables” presentan tal locura
incurable que en la época prehistórica reclamaban rendición de cuentas a los
gestores y dirigentes políticos. Pedían incluso aberraciones antinaturales como
un reparto más equitativo de la renta y la riqueza, erradicar la pobreza,
igualdad entre hombres y mujeres, y dios sabe qué sacrilegios más... Cualquiera
de la clase media sabía que si para repartir ellos tenían que pagar más
impuestos era mejor que los ricos siguieran siendo ricos.
Los “sujetos irresponsables” apenas ya existen, no
interfieren en el bienestar y la paz social y ahora somos todos más felices.
Como Jennifer, Miguel, Pablo, María y Erika, ahora tú también puedes ser un
ciudadano responsable y contribuir a becar a un pobre millonario. ¿Para qué
quieres ganar 120 mil pesos al mes si con 10 mil o menos te arreglas? Se un
ciudadano responsable y bécalos.
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