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lunes, 25 de agosto de 2014

Fanáticos Anónimos

Declaración de principios

‘Fanáticos Anónimos’ pretende ser un movimiento global de ayuda contra las religiones, sus creencias, rituales y manipulaciones. Se trata de un proceso de acompañamiento para redescubrir nuestro ateo interior, sepultado por milenios de cultura y dogmática religiosa. Su objetivo es la recuperación y la sobriedad atea y consciente de los fanáticos y creyentes que piden ayuda.

F.A. es una institución hermana inspirada en otras relacionadas con la adicción a las drogas (fuertes y débiles), especialmente en ‘Alcohólicos Anónimos’. No en vano la espirituosidad religiosa embriaga y emborracha incluso a las mentes más preclaras. Es lógico, la inteligencia no es inmune a los efectos opiáceos, psicotrópicos, narcotizantes y alucinógenos de las creencias en dioses.

El fanatismo religioso es una experiencia compleja, difícil de entender. Sin embargo nadie es demasiado inteligente como para no tener problemas con la religión. Esto es así porque el fanatismo es una enfermedad y la religión es una droga muy adictiva que nos administran desde antes de nacer. No importa cuánto tiempo lleves rezando o lo que hayas rezado, ni a cuántas misas hayas ido o a qué sacerdotes hayas escuchado. Lo que cuenta es cómo te afecta la religión, cómo te abduce, cómo te hipnotiza, cómo te intoxica, cómo te fanatiza.

El único objetivo de F.A. es el deseo de dejar la religión, desnudarse de la cultura religiosa que impregna cada poro de nuestra piel y vivir un ateísmo sobrio, no embriagado de los vapores alcoholizantes de la religión. Así, F.A. ayuda a cualquier fanático o creyente que demuestre interés por permanecer ateamente sobrio.

¿Cómo puedo saber si tengo problemas con mi manera de rezar, con mi manera de creer? ¿Cómo puedo saber si la religión (mis creencias, mi iglesia, mis ritos) se está convirtiendo en un problema? Te presentamos a continuación un sencillo decálogo. Si respondes afirmativamente a cualquiera de las siguientes preguntas, quizá sea la ocasión de revisar tu calvario con la religión.

1.)   ¿Te tragas las misas de golpe, a diario y sin meditar?

2.)   ¿Has perdido alguna vez tu tiempo rezando?

3.)   ¿Te has sentido incómodo si alguien ha criticado la religión o a dios?

4.)   ¿Has intentado abandonar la Iglesia o ir menos a misa y no has podido?

5.)   ¿Te has metido en problemas por hablar de religión o defender tu iglesia?

6.)   ¿Lees los libros sagrados al pie de la letra?

7.)   ¿Te vuelves moralista, homófobo y misógino cuando predicas, aunque no sea esa tu intención?

8.)   ¿Crees realmente que dios existe y que hay que obedecer a sus representantes en la Tierra?

9.)   ¿Te crees superior o más en posesión de la verdad que los creyentes de otras religiones y aún más que los no creyentes?

10.)     ¿Te parece conforme a la voluntad divina rezar mucho? ¿Y poder torturar hasta la muerte a los herejes, blasfemos y brujas?

Detectado el problema, he aquí nuestra propuesta para recuperar el equilibrio moral, la salud psíquica y la capacidad de autorrealización mediante una espiritualidad sin dios. Un camino ascendente de ocho hitos fundamentales para la recuperación personal y alcanzar comunitariamente la cima de la sobriedad atea. Los 8 Hitos de la Aceptación:

  1. Aceptar nuestra indefensión ante la religión: nuestra vida se había vuelto moralmente imperdonable según las creencias asumidas.
  2. Aceptar racionalmente que podemos volver a ser libres y sobrios de toda creencia religiosa.
  3. Aceptar poner nuestra mente y nuestro corazón a la mirada de la ciencia, aceptando humildemente que no lo sabemos todo.
  4. Aceptar la intoxicación intolerable de nuestros credos y fallas morales.
  5. Aceptar humildemente el deseo ardiente de liberación de nuestros credos.
  6. Aceptar y enmendar el dolor causado a todas las personas a las que ofendimos.
  7. Aceptar nuestro error cuando volvemos a recaer.
  8. Aceptarnos a través del silencio meditativo, cuidando nuestra autorrealización personal y comunitaria, para conocernos mejor y fortalecernos interiormente.
Así, habiendo despertado a una espiritualidad sin dios gracias a estos pasos, tratamos de llevar el mensaje a los creyentes y fanáticos, tratamos de asumir y practicar estos principios como un estilo de vida. Estilo que puede ser adquirido gradual y grupalmente mediante la adopción de las siguientes cinco buenas prácticas o hábitos saludables para ejercitarnos en una espiritualidad sin dios y vivir con plenitud y en sobriedad atea: comunión, responsabilidad, felicidad, independencia y compromiso.

Hábito 1: Comunión. Actuar prioritariamente en favor del bien común.

Hábito 2: Responsabilidad. Actuar conscientes de ser dueños de nuestros actos y pensamientos.

Hábito 3: Felicidad. Actuar transparentando nuestro deseo de dejar la religión.

Hábito 4: Independencia. Actuar con independencia y suficiencia económica.

Hábito 5: Compromiso. Actuar organizadamente en la recuperación de los fanáticos y creyentes atrapados en el sufrimiento.

Con esta declaración de principios reconocemos que el ateísmo consciente es el estado entrópico natural hacia el que tiende la humanidad, liberada de la maquinaria ideológica patriarcal de las religiones y las creencias en dios. No juzgamos a nadie por sus creencias, sólo ofrecemos nuestra ayuda a quienes han despertado de su pesadilla y solicitan apoyo. No buscamos hacer prosélitos ni campañas para ‘salir del armario’. A quien quiera ver le ayudaremos a abrir los ojos poco a poco, sin censura, con alegría y buen humor. A quien quiera pensar por sí mismo le ayudaremos a desvelar su cabeza, sin violencia, con paz y una buena dosis de lectura en excelente compañía.

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