MI BIBLIOTEKA

MI BIBLIOTEKA: [ https://bit.ly/3pemlM6 ]. MIS RELATOS: [ https://bit.ly/3D7FtQw ].

martes, 17 de abril de 2012

Indignación y utopía

Esta reflexión incide en la responsabilidad de la lógica tóxica de la ideología neoliberal que tiene enfebrecidos de malestar social a los ganglios de la indignación y la utopía.

El hambre y la explotación convertidas en logotipo “apelíneo”. La educación servida en apestoso puré a la empleabilidad boloñesa. La vivienda asfixiada en su propio vómito bajo bolsa de riesgo y plástico. La pobreza travestida en famélicas creencias y rituales caritativo-oenegistas. Un tufo intelectualoide emitido por televisión anuncia el ocaso y el despegue de la nueva guerra bacteriológica.

¿Quién nos librará de tanta contaminación mental? ¿Dónde acechan los nuevos ecologistas de la mente? ¿Quién nos lavará el estómago neuronal de esta gastronomía-enteritis? ¿Quién limpiará las manchas de petróleo de nuestra conciencia? ¿Quién nos vacunará contra las toxinas ideológicas de neoliberales y católicos? ¿Quién nos extirpará el glaucoma de nuestra inconsciencia patriarcal?

¿Alguien se extraña del momento presente? La religión nos recortó los placeres de la vida. El colegio nos recortó la imaginación por la vida. La política nos recortó los derechos a la vida digna. Los ejércitos nos recortaron las extremidades para andar por la vida. El marketing nos recortó la razón para vivir satisfechos. La universidad nos recortó la conciencia del bien común. La familia cristiana nos recortó las alas para volar y las lenguas para denunciar. Los periódicos nos recortaron la voz que nos hace sentir vivos. Y por último, la economía nos recortó las necesidades básicas para la vida.

Enrique de Castro1, el cura rebelde de Entrevías, nos recuerda que “la connivencia entre los tres poderes (religioso, económico y político) es perfecta, aportando uno sus bendiciones, otro el sostenimiento económico para su justificación y el tercero la seguridad. Tres pontificados absolutos para salvar al ser humano expropiado de la fe en sí mismo para situarla en los poderes hechos de la acumulación de sus miedos”.

En esos miedos se enraíza la cultura de la explotación, la opresión y la alienación. En 1974 un periodista libertario2 nos recuerda, citando a Reich, que “la gente interioriza en la estructura de su carácter una gran cantidad de la sociedad autocrática y autoritaria muy difícil de exorcizar”. A lo que Noam Chomsky añadía: “Pienso que hay un aspecto central del autoritarismo que se interioriza, es el autoritarismo del trabajo”.

Y ahora surge el grito de combate. Amigo, la propiedad está blindada. Mientras puedas rapiñar, rapiñarás. Mientras puedas arrebañar, arrebañarás. Mientras puedas arramplar, arramplarás. En Pijolandia no hay más que estulticia, llámese como se llame, al fin y al cabo sólo funcionarios del poder.

Y ahora duele la indiferencia. Amigo, la democracia es quimera. Mientras puedas violentar, violentarás. Mientras puedas contaminar, contaminarás. Mientras puedas consumir, consumirás. En Pijolandia no hay más que estulticia, y de colores, al fin y al cabo sólo marionetas del poder.

Y ahora es el turno de la indignación y la utopía. ¡Amigo, el volcán ha entrado en acción! Te toca arremangarte. Pero todavía habrá quienes se crean beneficiados, y lucharán contra ti. Pero todavía habrá quienes seguirán masacrados, y no lucharán junto a ti. Sigues en el medio, tienes que elegir. En Pijolandia no hay más que estulticia, revestida de filosofía, al fin y al cabo sólo súbditos del poder.

¿Alguien se extraña del momento presente? La religión nos recortó los placeres de la vida y ahora la economía nos recorta las necesidades básicas para la vida. Es el momento perenne de indignación y utopía.

Notas:
1. Enrique de Castro (2000). Rescatar la fe. Revista Canijín, 20, junio.
2. Noam Chomsky (1995). Lo libertario está vivo. Editorial Voz de los sin voz.

No hay comentarios: