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martes, 8 de diciembre de 2009

Legionarios del Beneficio

Un día salí de mi isla a ver qué había de nuevo en el mundo. Y me encontré algo entre medio sorprendido y medio horrorizado. Me encontré a unos viejos colegas charlando sobre las virtudes y bondades de las empresas, de las grandes empresas. Quizá en este punto debiera detenerme, porque lo que sigue a muchos ya les parecerá normal y a otros probablemente escandalizará.

El caso es que entablé debate con ellos y entre sus "elocuentes afirmaciones" se dijeron cosas como las siguientes:

- ¡Qué bonitas memorias hacen las empresas contando sus actividades sociales! Mira ésta por ejemplo, salen fotos de negritos, discapacitados, niñas latinas, ancianitos.

- ¡Qué buenas son las empresas! ¡Hacen cosas sociales que van más allá de lo que les exige la ley!

- Evidentemente su objetivo principal son los beneficios. Los beneficios es lo principal. Lo principal son los beneficios, y si además hacen cosas sociales y las publican en bonitas memorias, pues mejor, win to win.

- Ningún stakeholder audita la veracidad de lo que dicen las empresas sobre su propio comportamiento ético, pero ¿por qué iban a mentir?

- Hay empresas nacionales que fabrican componentes para los misiles estadounidenses, he aquí un ejemplo de buena gestión empresarial. Hay "locos" que la critican, pero la empresa su objetivo lo cumple, obtener beneficios, y además da trabajo a mucha gente.

- "Algunos" también critican de manera demagógica que el dinero invertido en marketing podría destinarse a construir colegios y hospitales, ¡cuánta demagogia!

- ¡Benditos sean los intermediarios financieros!, sin ellos no podríamos disfrutar de los beneficios del intercambio comercial. Si hay crisis es porque ha habido malos gestores, pero el sistema funciona. Son las personas las que son malas, pero el sistema funciona, es bendito entre todos los sistemas.

- También hay gente tonta e ignorante que no quieren que la traten como "cliente". Yo me sentiría muy orgulloso de que me llamen CLIENTE. EL gran problema es que a la gente tonta e ignorante (y a los demagogos) les suena mal que le digan "cliente". Pero "cliente" no tiene objetivamente ningún sentido peyorativo, al contrario, me posiciona junto a la empresa de forma cooperativa, colaborativa. La empresa es mi amiga, el cliente gana y la empresa gana, win to win.

- Los que critican a las empresas son los radicales (los "locos", los "algunos", los demagogos, los tontos e ignorantes).

Después de tan sabio y sabroso debate tuve náuseas. Y ya vomité del todo cuando de camino a mi isla recordé que aquella pesadilla sobre "angelicales empresas" había tenido lugar bajo el patrocinio de las universidades. (Se trataba de un curso de posgrado universitario). Conseguí que no me etiquetaran como "cliente", pero no sé si el remedio fue peor que la enfermedad, porque me fui con el logotipo del "radical" (con todo su sentido peyorativo, claro, aunque objetivamente no lo tenga).

2 comentarios:

Maya dijo...

No me extraña que te entraran arcadas. No hay nada peor que escuchar decir imbecilidades tipo: el mercado se autoregula, el capitalismo el mejor de los sistemas, la empresa cumple una función social: da trabajo (aunque ese trabajo sea precario) y lo más flagrante es cuando intentan defender la deslocalización con asquerosos argumentos sobre la gran suerte que tiene ese país tercermundista o en vías de desarrollo de que una empresa vaya a fabricar allí.
Es como si esta gente no viviera en el mundo real, como si estuvieran en alguna secta que les hace repetir las mismas consignas o estuvieran insensibilizados contra la desgracia ajena.

Blas Femen dijo...

Insensibilizados, seguramente sea así. Insuficiencia empática letal.