Compromiso con la sonrisa no es más vulgar,
el dibujo sonriente de la tinta invisible,
y en el frío invernal dientean las castañas
en el fogón de la esquina
mientras en tu desnudez
te castañetean los dientes
y no por comer castañas
que ni pa´ eso te llega.
Ruidos en el vientre
no son fluidos ni gases de indigente,
son sólo ruidos en el vientre,
¡vacío, vacío, vacío de un silencio convincente!
Hasta el hartazgo los vientos flagelan.
Hasta el hartazgo la lluvias congelan.
Hasta el hartazgo las fotos se revelan.
Hasta el hartazgo los votos se rebelan.
Hasta el hartazgo los locos se consuelan.
Hasta el hartazgo los mocos se suenan.
Hasta el hartazgo
porque sólo son ruidos en el vientre,
¡vacío, vacío, vacío de un silencio convincente!
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