MI BIBLIOTEKA

MI BIBLIOTEKA: [ https://bit.ly/3pemlM6 ]. MIS RELATOS: [ https://bit.ly/3D7FtQw ].

viernes, 10 de octubre de 2008

Preguntas sin respuesta

¿Algún día escribiré palabras que le devuelvan la esperanza a los desesperados? ¿Algún día escribiré las palabras que alivien la injusticia que engullen a diario y por toneladas los hambrientos? ¿Algún día escribiré las palabras de paz que zanjen la guerra entre dos bandos rivales? Si con palabras se pueden solucionar los males del mundo, ¿sabré decirlas?, ¿quedarían ocultas u olvidadas si nadie las proclama?

Este es mi acto de fe, ni un milímetro más ni menos. Acto de fe que no precisa sacerdotes ni iglesias ni liturgias. Acto de fe que puede escribir cualquiera que sepa escribir, que puede decir cualquiera que sepa hablar, que puede expresar cualquiera que quiera expresarse.

La única teología que me atrevo a imaginar es la que podrían, y de hecho hacen, los últimos. La teología que todos podríamos hacer desde nuestra íntima ultimez, pero que ignoramos y a lo peor remilgamos con latinajos y escupitajos a la dignidad y a la inteligencia del auténtico último, porque no sabe, decimos, no sabe escribir, no sabe leer, no sabe... Y yo digo, muy bien, lo que el último no sabe, nosotros lo sabemos porque somos de los primeros. Y yo digo, muy bien, lo que él no sabe yo lo sé, pero lo verdaderamente importante no es eso, no es lo que el otro no sabe, sino lo que real y profundamente sabe, eso yo no lo sé, y sin embargo me disfrazo de intelectual remarcando lo que el otro no sabe pero que yo sí que sé. Falsa inteligencia y sabiduría se encuentra fácilmente entronizada en las universidades.

¿Tiene sentido pensar el mundo desde la mentira?, ¿tiene sentido legislar el mundo desde la fuerza?, ¿tiene sentido gestionar el mundo desde la codicia?, ¿tiene sentido que el reptil hable de correr cuando no tiene patas? ¿Cómo se construye una sociedad madura, de profunda humanidad?, ¿qué hay que decir, qué hay que vivir, qué hay que experimentar, qué hay que escuchar, qué hay que hacer?, ¿qué hay que pensar, qué hay que legislar, qué hay que enseñar, qué hay que aprender, qué hay que combatir?

4 comentarios:

Maya dijo...

Hoy leyendo un articulo de Escolar pensaba en que el ser humano no aprende de los errores pasados, no valora las cosas hasta que las pierde y no sabe dar soluciones ni anticiparse ni exigir el fin de situaciones que nos dañan hasta que es demasiado tarde.
Aprendemos a golpes?
En Siddharta de Hesse, éste le dice a Govinda que ni las palabras ni las doctrinas son capaces de hacer nada por si mismas sino el deseo de contactar, de amar las cosas de alrededor lo que te hace evolucionar. Decía: "Sí, puedo amar una piedra, Govinda, así como un árbol y hasta un pedazo de corteza. Son cosas, y las cosas pueden ser amadas. En cambio soy incapaz de amar las palabras. Por eso las doctrinas nada significan para mí; no tienen dureza, ni blandura, ni colores, ni cantos, ni aroma, ni sabor: no tienen más que palabras. Tal vez sea esto mismo lo que te impide encontrar la paz; tal vez sea todo este exceso de palabras. Pues también liberación y virtud, también samsara y nirvana son simples palabras, Govinda. No hay objeto alguno que sea el nirvana; sólo existe la palabra nirvana... Y hablando francamente, las ideas tampoco me importan demasiado. Más me interesan las cosas..."
Grande Hesse.

Saludos

Blas Femen dijo...

Gracias Maya por tu reflexión. No había leído el Siddharta de Hesse, sólo leí una vez "el lobo estepario" y me gustó mucho.

Supongo que sólo tiene sentido aquello que experimentamos, quizá por eso los niños no aprenden más que desobedeciendo a sus padres, por mucho que mamá les diga "no hagas esto" o "no hagas aquello", "te lo digo por tu bien".

Pero yo me pregunto: ¿Es necesario que cada ser humano sufra de inanición (y todos los otro males evitables) para aprender y comprender que ningún semejante debe sufrir lo que humanamente es evitable, lo que tecnológicamente es solucionable, lo que políticamente es corregible?

¿Acaso nuestros colegiales deben pasar por el trago de caminar a diario varios kilómetros para ir a la escuela y comprender así el valor de la educación que reciben?

¿No es esa la finalidad de las fábulas, las parábolas, los cuentos, y en definitiva, de las palabras: evitarnos la experiencia amarga mediante el uso de la inteligencia y la empatía?

Anónimo dijo...

No se si algún dia escribiras las palabras que hagan todo eso que dices,pero si bastarán para abrir muchos corazones y hacer meditar muchas mentes.
Yo por mi parte la única teología en la que creo es en mi propia conciencia y no voy mas allá.
Intentaré no tardar tanto en visitarte,pero es que ando muy liada...
Un beso muy grande!!!

Blas Femen dijo...

Gracias,Marien. Supongo que las obligaciones de madre te traen de cabeza. Me gustaría ver el día en que las noticias hablen del aumento del PIB debido principalmente al trabajo doméstico de las mujeres... Un abrazo.